Una chica estadounidense, llamada Taylor, ha estado planeando sus vacaciones en una isla durante muchos meses. Cuando pudo ir a esa maravillosa isla, una reunión cambió sus planes. Una vez estaba montando una scooter y vio un lindo perro al costado de la carretera. A Taylor le gustó tanto que decidió llevarlo a su bungaló.
Pero después de un par de horas, el perro comenzó a sentirse mal. La turista, con dificultad, pero aun así encontró una clínica veterinaria. Allí, tras el examen, el médico dijo que el animal estaba enfermo y necesitaba cuidados constantes durante varios meses. Resultó que el perro tenía anemia y otra enfermedad. Durante todo este tiempo, el perro, al que Taylor llamó Richy, fue tratado a su costa.
La chica tuvo que regresar a casa para extender su visa, y cuando regresó a la isla, resultó que era ilegal transportar un animal de la isla a otro país. Tuvo que negociar con un transportista privado, y yendo a la capital de ese país ya era posible redactar legalmente documentos para el animal y llevarlo consigo.
Taylor no se arrepiente de haber gastado mucho dinero y tiempo, y también haber interrumpido sus vacaciones por Richy. Ahora el perro vive con la chica y está rodeado de cuidado y amor.
