El perro es un verdadero amigo fiel. No se rendirán ante los problemas, la pobreza y la enfermedad, no traicionarán ni cambiarán por una persona más exitosa. Por el bien del dueño, el perro está dispuesto a dar su vida.
Esta historia la contó una enfermera que trabajaba en una ambulancia. Y hoy lo compartiremos contigo.
La ambulancia venía de una llamada, el clima ese día no era muy bueno, hubo muchas llamadas. De repente, el conductor redujo la velocidad. Un hermoso perro estaba sentado en el camino. No le tenía miedo al coche, como si la estuviera esperando. El conductor tocó la bocina, el perro no se movió.
A lo largo de los años de trabajo en la ambulancia, los médicos han visto mucho, pero esto aún no ha sucedido. Una enfermera salió e intentó apartar al perro del camino. Se levantó y caminó hacia un lado de la carretera, pero no se escapó. La enfermera regresó, tan pronto como se subió al auto, el perro regresó a su asiento.
La gente se sorprendió, entonces la misma enfermera decidió salir y acercarse al perro. No se escapó, pero no la dejó entrar. Simplemente se levantó y caminó hacia los arbustos, mirando a su alrededor, como si comprobara si alguien la seguía. La enfermera se detuvo de repente y comenzó a llamar a sus colegas. Cuando la brigada llegó corriendo, vieron que un anciano yacía inconsciente cerca de los arbustos. Era evidente que perdió el conocimiento y se sintió mal.
El hombre fue subido a un automóvil y llevado al hospital. El perro lo siguió y las enfermeras estaban encantadas con la lealtad del perro. Lo alimentaron, lo acariciaron y lo calmaron. Cuando el hombre fue trasladado de la unidad de cuidados intensivos a una sala regular, los médicos pudieron visitar al hombre. El médico jefe fue persuadido por todos y fue misericordioso, se permitió la entrada al perro en la sala.
Todos estaban felices. El perro lloriqueaba y adulaba, el dueño lloraba y acariciaba a su fiel amigo, hasta el personal médico derramaba lágrimas. Desde entonces, el hombre comenzó a recuperarse más rápido. A menudo iba a la ventana y miraba hacia afuera, hablaba con el perro, trataba de salir lo antes posible para ver a su amigo. ¡Tanta lealtad y amor sorprendieron a todos!