La familia quería adoptar un perrito pequeño, pero un perro viejo los enamoró.

Básicamente, cuando las personas vienen a un refugio de animales, toman cachorros pequeños, porque son más fáciles de enseñar y entrenar, y se supone que van a  vivir más.
Hoy queremos hablar de una increíble historia de cómo una familia quiso tomar un cachorrito, pero algo salió de otra manera.

Un día, Clara y su hija Sofía llegaron al refugio. Como la niña tenía un cumpleaños, su madre decidió regalarle un cachorro. De repente, su mirada se posó en el perro, llamado Canguro. Los miró con ojos tan tristes que Clara y Sofía simplemente no podían pasar. Primero, mamá e hija jugaron con el perro. Resultó ser gentil y amable. Regresaron a casa muy pensativas, mientras Clara estaba pensando en comprar un pequeño perrito, pero a Canguro le agradaba a Sofía.

Después de pensar una noche, al día siguiente mamá e hija regresaron con la firme intención de llevarse al perro a casa. Canguro no creía en su felicidad. Finalmente, ya en sus últimos años, sin embargo, encontró su hogar y sus amantes dueños.

Además, también tenía otro amigo, el perro Lote, que vivió con Clara y Sofía durante un par de años. Con un nuevo amigo, Canguro corre, juega, descansa en el césped y toma el sol. El perro viejo se volvió más activo. El perro encaja perfectamente en la nueva familia y ahora disfruta de la vida.

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